Recién concluían las labores de una jornada ya habitual de unas 12 horas diarias, desde su llegada al hermano territorio. Al instante mostró interés por contarnos sobre el difícil trabajo que realizan; también de la solidaridad y del cariño que reciben- como él mismo dice- hasta de los que lo han perdido todo.

Artemio Chávez Guerrero, jefe de la unidad operativa nos relató que desde su entrada por la autopista, ya eran visibles los daños ocasionados por el evento meteorológico que azotó a este territorio el pasado septiembre, con vientos huracanados de categoría 3 en la escala Saffir- Simpson.

“Las labores han estado encaminadas a la recuperación de los servicios directos de los clientes, donde participa la brigada de corte y bajantes (estos son el último eslabón, los que llegan a las casas ya a instalar el servicio). Antes de ellos intervienen los linieros que son los que ponen los postes, tiran y ponen los cables y hacen el trabajo de grandes proporciones en cuanto a la red”, destacó.

En este sentido explicó que la unidad de trabajo está compuesta por tres brigadas: una de línea, una de corte y bajantes, y los empatadores o interrupcionistas, estos últimos, compañeros pertenecientes al municipio de Contramaestre.

Chávez Guerrero hace alusión a la inmensa devastación que ocasionó Ian en esa zona del occidente cubano, a su juicio, mucho más que los daños ocasionados por Sandy en Santiago de Cuba en el 2012.

“Estamos concentrados en la ciudad cabecera y no hemos podido percibir los desastres en otros sitios, pero sabemos por colegas de brigadas de otras provincias, que son muy severos los perjuicios.

“Aquí fundamentalmente, estamos enderezando y cambiando postes, realizando transferencia de cables y elementos de red que obstruyen la vía; otros, recuperan los servicios en los lugares donde no se partieron los cables y en cuatro días ya tenemos más de 200 servicios restablecidos”, afirmó.

Comenta de su familia, de la distancia, de la comunicación que tanto él como sus compañeros mantienen a diario, pero sobre todo del compromiso con sus hermanos pinareños, con una ciudad que hoy a pesar de las dificultades que vive, se esfuerza por brindarles abrigo y atenciones.

Así lo confirmó también José Antonio Garzón Medina, reparador e instalador de la brigada de corte y bajantes, quien habla de las largas y difíciles horas de trabajo, jornadas en las que nunca les ha faltado muestras de agradecimiento.

“Las labores han sido y seguirán siendo difíciles porque hay mucho por hacer aún y nosotros vinimos con la convicción de ayudar hasta que sea necesario, pero sí es importante destacar el empeño de todos los santiagueros y de compañeros de otras provincias que nos encontramos acá, también es imprescindible mencionar nuestra gratitud a todas esas personas que se preocupan y ocupan constantemente por todo el equipo, y comparten lo poquito que tienen; hombres y mujeres atentos y serviciales, que a pesar de las circunstancias, siempre muestran una sonrisa”, aseveró.

Ambos entrevistados coinciden en que las acciones de recuperación se extenderán por varias semanas por los cuantiosos daños ocasionados por Ian. Mientras tanto, continuarán laborando con el mismo ímpetu del primer día, dando lo mejor en cada tarea y conociendo el sentir de un pueblo que ya los acoge como una gran familia.