En efecto, la acumulación de agua en áreas bajas, sobre todo en aquellas localidades donde fue más la acumulación del preciado líquido, es muy positivo. De su efecto, Luis Daniel Roger Martínez, Subdelegado Agrícola en la Delegación Provincial, puntualizó que el mes pasado se debían sembrar 10 363 hectáreas (ha), pero en los últimos días se alcanzó la alentadora cifra que superó la cantidad planificada, con 10 770.8 ha. “Las hectáreas que se sumaron al cierre recibieron la ventaja de las lluvias”, destacó.
En lo relacionado a determinados cultivos que más provecho obtuvieron del cielo, se tiene al plátano, del cual se logró sembrar 818 ha, con el propósito de restablecer las plantaciones de este producto, y alcanzar la estabilidad en su abastecimiento para la población. “Había que aprovechar antes de las fechas de mayores precipitaciones, ya que a excepción de Laguna Blanca otros polos productivos no cuentan con río. Este plátano llevaba días sin el riego de la naturaleza, por lo cual tuvo un impacto favorable”, señaló Roger Martínez.
De igual manera, refirió las ventajas de la lluvia para el trabajo que se venía realizando con microplantas de clones productivos. Por otra parte, del tomate, al cual no le favorece tanta agua, afirmó que ya se habían plantado 273.6 ha, a las cuales se les garantizó su conservación. La calabaza es uno de los alimentos de ciclo corto que también recibió los aguaceros, en un total de 1 705.9 ha, y la yuca llegó a las 1 074. 9 ha. Asimismo, el maíz esparcido en 4 842.9 ha -que estaba amenazado por las altas temperaturas-, se salvó, y con este el alimento de aves y otros animales.
Del café, de las 4 956 toneladas en las montañas, ya se han acopiado 1 000.9, cantidades apoyadas por la maduración del grano con las precipitaciones, en especial en Songo-La Maya y Segundo Frente que cuentan con el café arábico. Ya los santiagueros se están incorporando de igual manera a la cosecha de este cultivo.
El Subdelegado Agrícola en la Delegación Provincial enfatizó, además, en el valor de las lluvias para el ganado vacuno, menor y porcino, ya que se transforma el pasto seco, y el programa de la leche, en particular, tiene más rendimiento pues disminuye el período de sequía.
Otra de las ventajas recaen en la venidera zafra azucarera, que tiene el reto de realizar la campaña en el territorio con apenas un central, el “Dos Ríos”, así que esto ha sido todo un impulso a la caña. Ciertamente el agua que cae del cielo es ideal, en especial cuando se proyecta plantar más de 55 mil ha de cultivos varios para la campaña de siembra de frío en Santiago de Cuba, considerada una de las más grandes del país.