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Los bolsillos no aguantan más

11 March 2023 Escrito por 

Cuando usted transita por cualquier parte de Chago en no pocas ocasiones escucha expresiones como estas: “hasta cuándo van a seguir subiendo los precios”, “¿nadie ve esto?”, “¿dónde están los inspectores?”…

Las opiniones son muchas y variadas y la verdad es que el pueblo siente esos desafueros en su economía familiar; no es posible que usted pase por un lugar hoy y los productos alimenticios estén a un precio y mañana a otro.

Cual talón de Aquiles es que no se ha logrado regular los precios para la venta de los productos agrícolas -solo normados para Ferias- y que al parecer también se violan los cronogramas establecidos para el suministro por días de los diferentes polos productivos del territorio a los mercados; lo que provoca desabastecimientos y que la población tenga que acudir a los particulares, con precios abusivos.

Al recorrer la ciudad da la impresión de que esta se ha convertido en un mercadito ambulante, por dondequiera hay un vendedor, unos ponen sacos en las aceras para exhibir sus productos interrumpiendo el paso a los peatones, otros en los portales de sus inmuebles, algunos se posicionan en diferentes puntos con sus carretillas sin ningún tipo de estética y la mayoría no tienen patente.

Estos mercados improvisados ensombrecen y afean la urbe y echan por tierra todo lo que se hace a favor de embellecerla, por lo que creo que también hay que darle una mirada, sin que la solución sea eliminarlos.

Por estos desaguisados -y otros que quedan en agenda para trabajos posteriores-, los santiagueros piden a ‘gritos’ el accionar de los inspectores de la DIS y de los Agentes del Orden Público, petición a la que me sumo porque hay que ponerle coto a quienes transgreden la ley y quieren vivir del sudor del pueblo y ganar más que quienes producen la tierra.

Hace unos días en Escario, detrás de los 18 plantas de Garzón, al parecer la tarde transcurría con total tranquilidad, como siempre apostados en el lugar varios vendedores anunciaban y vendían su mercancía, lechuga a 50.00$, habichuela 35.00, culantro a 20.00, ajo puerro 10.00, entre otros, como es cotidiano en las aceras, obligando a los peatones a coger por la calle.
Al filo de las 3:00 p.m. vi llegar a varios Agentes del Orden Público, acompañados de Inspectores de la DIS, quienes tomaron in fraganti a esos ‘abusadores’, aplicando lo establecido; llamaron a las personas que estaban en los alrededores y tuvieron que vender la mercancía a los precios acordados.

Accionar que los presentes elogiaron sentenciando que es necesario seguir haciendo esos operativos sistemáticamente, en primer lugar para poner orden; en segundo, para que no sigan cometiendo esas violaciones y mucho menos para que continúen abusando y lucrando con las necesidades del pueblo.

Sin embargo, algo llamó mi atención y es que no hubo un vistazo a quienes, supuestamente tienen patente y expendían productos importados y de las cadenas de tiendas a precios exorbitantes, como por ejemplo los refrescos Zuco a 90.00$, gelatina a 150.00$, confituras y golosinas.

Urge que las acciones de enfrentamiento a estas ilegalidades lleguen también a quienes están patentados y ofertan productos a altos precios, tomando como escudo la oferta y la demanda. Y se tengan en cuenta todos los puestos que estén en el lugar y se compruebe que realmente están dentro de la ley, tienen patente y cumplen con el pago de los impuestos, porque la verdad es que los bolsillos no aguantan más.

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Angela Santiesteban Blanco

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