Santiago de Cuba,

Estados Unidos prolonga la Ley base del injusto bloqueo contra Cuba

13 September 2022 Escrito por  Rafael Carela Ramos
Foto: Tomada de Twitter

Como un cazador empedernido, Estados Unidos persiste en su política de mantener a Cuba en el estatus de presunta presa, utilizando para ello cuantos medios se ha inventado para hacer el mal, entre los que se encuentra, en primer orden, la medida de bloquear o sancionar económicamente , con el fin de lograr sus objetivos.

El bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba, desde hace más de 60 años, es un irrefutable ejemplo de esa política hostil, aplicada para provocar el malestar y  manifestaciones de descontento de la población, y con ello el derrocamiento de la Revolución cubana.

¿De dónde sale esa idea macabra?. Es oportuno recordarlo:

La encontramos en el memorando del vicesecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Lester D Mallory, quien el seis de abril de 1960 escribió: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro… el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales… hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.

Con ese propósito, el actual presidente norteamericano, Josep Biden prorrogó por un año la Ley de comercio con el enemigo, que es la base del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, injusta medida rechazada en 29 ocasiones consecutivas por la comunidad internacional, en la Asamblea General de Naciones Unidas.

La Ley de comercio con el enemigo, aprobada por el Congreso estadounidense el 6 de octubre de 1917, según los medios de prensa consultados, le otorga al presidente la facultad para restringir el comercio con países “hostiles” a Estados Unidos, y la posibilidad de aplicar sanciones económicas en tiempo de guerra en cualquier otro período de emergencia nacional, y prohíbe el comercio con el enemigo o aliados del enemigo durante conflictos bélicos. Y, como está más claro que el agua, ni USA está en guerra declarada con nadie, ni Cuba es aliado de su enemigo.

El total de las pérdidas provocadas por la guerra económica de Estados Unidos contra Cuba, en estos sesenta años: 144 mil 413.7 millones de dólares a precios corrientes, hasta el pasado año, sin incluir los daños humanos, cuyos efectos son incalculables. En los últimos años, esta medida se ha incrementado con la imposición de 243 medidas punitivas de la anterior administración Trump, que dificulta la adquisición de alimentos, combustibles. Medicinas y materias primas - en medio de la letal pandemia de la Covid-19, las limitaciones financieras del país, y la actual crisis económica internacional-, mantenidas por el actual presidente Biden.

Frente a todas estas dificultades, como ha dicho nuestro presidente Díaz-Canel, Cuba no se rinde ni se vende, y continuará luchando por lograr una sociedad mejor para todos.

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