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1958: las decisivas batallas de Camilo y Che

29 December 2022 Escrito por  Marta Gómez Ferrals

A fines de diciembre de 1958 la victoria del Ejército Rebelde y otras fuerzas revolucionarias en las Batallas de Santa Clara y Yaguajay, dirigidas por los Comandantes Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, respectivamente, en el Frente de Las Villas (centro del país), resultó decisiva para el triunfo esta vez definitivo y largamente esperado de la Revolución Cubana, el Primero de Enero de 1959.

Ambas contiendas fueron resultado del empuje y paso indetenible de la lucha iniciada en la Sierra Maestra el 2 de diciembre de 1956, primero con exiguas tropas que luego crecidas y experimentadas, a mediados de 1958 estaban en condiciones de comenzar la Ofensiva Final por la libertad.

Ya las huestes liberadoras habían derrotado una fuerte embestida de verano del ejército batistiano, causándole unas mil bajas y la ocupación de un valioso armamento y pertrechos de guerra, y así se dispusieron a extender la insurrección armada por toda la Isla.

Ello posibilitaría el triunfo, cumpliendo un plan militar estratégico, diseñado al detalle por el líder del M-26-7, el Comandante en Jefe Fidel Castro, al mando del Primer Frente Oriental José Martí.

La llegada de las columnas no. 2 Antonio Maceo, al mando de Camilo, y la no. 8 Ciro Redondo, encabezada por el Che Guevara, al territorio de la antigua provincia de Las Villas era una parte medular de una concepción integral, también inclusiva de la Operación de Oriente, con la acción incrementada de los frentes II Frank País y III Mario Muñoz Monroy, cuyos jefes eran Raúl Castro y Juan Almeida, respectivamente, ordenados como Comandantes.

Camilo llevaba la encomienda de llegar hasta Pinar del Río, la zona más occidental de Cuba, tal y como hiciera el Titán de Bronce en la campaña iniciada en 1895, en tanto Ernesto Guevara debía arribar a Las Villas y desde allí operar con otras fuerzas emplazadas, como las del Directorio Estudiantil 13 de Marzo y del Partido Socialista Popular.

Uno de los objetivos centrales era dividir al país en dos desde el punto de vista de los nexos de las comunicaciones de las redes viales terrestres y ferroviarias, para impedir los abastecimientos del ejército de la dictadura.

Y mucho más. Ello debía conllevar el incremento de la efervescencia revolucionaria y del número de efectivos del Ejército Rebelde que se producía por días, y también el aislamiento de la soldadesca batistiana, impedida de recibir refuerzos del mando central o de intentar escapar hacia el Oriente.

Fue un recorrido extremadamente duro el que hicieron ambas columnas hacia el centro y occidente, al principio bajo los desafíos de los escenarios llanos, despoblados y desconocidos, el hambre y la persecución feroz del ejército, pero la conducción de sus jefes, sus ideales y la fe en la victoria los hizo cumplir su cometido.

Antes de la Batalla de Santa Clara, ciudad hoy perteneciente a la provincia de Villa Clara, y de gran importancia desde entonces al ser la capital de Las Villas, así como la del poblado de Yaguajay, en la actualidad subordinado a la de Sancti Spíritus, Fidel Castro había dirigido y propinado una aplastante derrota a los batistianos en la Batalla de Guisa, del 20 al 30 de noviembre de ese año.

Un verdadero espaldarazo a la noble causa que defendían y a la subida de la moral combativa de la insurgencia cubana.

Desde Las Villas, las columnas del Che y Camilo libraron diversos combates victoriosos en numerosos pueblos y ciudades, que iban marcando el cumplimiento de los objetivos principales en la destrucción de las comunicaciones, obtención de armamentos, crecimiento de las tropas y el aumento de la unidad entre los revolucionarios, que al principio debió afrontar escollos.

La desmoralización de los soldados de la dictadura era notoria ya a fines de diciembre. Había deserciones notables de altos mandos militares, convencidos, ante el fragor del combates de sus oponentes, de que tenían la guerra perdida.

En el poblado de Yaguajay, que junto a Santa Clara eran los dos últimos bastiones de la dictadura en el centro, el 31 de diciembre de 1958 la batalla allí librada por los guerrilleros bajo el mando del Señor de la Vanguardia, hizo que los más de 350 uniformados de la guarnición se rindieran sin remedio.

Aunque los batistianos repelieron el ataque desde el Ayuntamiento, pues allí estaba el mando de la Policía, y desde el hotel Plaza, la Planta Eléctrica y el cuartel, donde contaban con sus mejores medios, el poblado pronto cayó en poder de la guerrilla.

 Sin embargo, la guarnición mantuvo una gran resistencia por su favorable ubicación y el apoyo de la fuerza aérea. Entonces Camilo ideó construir un tanque improvisado con planchas de acero soldadas a un buldócer, encargado a los obreros del taller del central Narciso, dotado de un lanzallamas. Fue bautizado con el nombre de Dragón.

El 31 de diciembre Camilo no aceptó la petición de una tregua enviada por el jefe del cuartel y le respondió que él sería responsable por los muertos y heridos ocasionados en lo adelante debido a su injustificada resistencia. Los acuartelados izaron la bandera blanca, asumiendo su derrota y los rebeldes tomaron posesión de la plaza y sus pertrechos a favor de la libertad.

Fue el mismo primero de enero del 59 cuando el Comandante Ernesto Che Guevara liberara el último reducto enemigo en Santa Clara, tras una heroica batalla que incluyó el descarrilamiento y destrucción del famoso tren blindado con acero, portador de refuerzos para el ejército y combates sublimes, como la acción en que perdiera la vida el inolvidable Roberto Rodríguez, El Vaquerito.

Igual que en los demás enclaves como Remedios, Caibarién, Sancti Spíritus, Trinidad, Guayos, y Yaguajay, los rebeldes tuvieron que enfrentar en la urbe mayor puntos de resistencia instalados por toda la ciudad por los gendarmes antes de poder tomar el cuartel provincial. Pero ya a esas alturas, incluida la colaboración patriótica de los naturales residentes, la Revolución parecía estar omnipresente y el triunfo rebelde era cuestión de tiempo.

  A sangre y fuego y con heroísmo se luchó en el tren blindado, el puente derribado, el dominio de la carretera central.

La orden del Che al Comandante Ramiro Valdés, y a los pelotones de los capitanes Armando Acosta Cordero, Olo Pantoja y Roberto Rodríguez ( El Vaquerito) era desplazarse en combate hacia la salida rumbo a Camagüey, tomar el cuartel de Jatibonico y de allí retornar en marcha barredora de las fuerzas enemigas.

El Comandante Víctor Bordón debió ocupar el territorio al oeste de Santa Clara, atacar el puente sobre el río Sagua y el cuartel de Santo Domingo. Así no podrían llegar refuerzos de occidente.

Muchos rebeldes entraron a la ciudad de manera secreta, por los suburbios. Hubo pelotones que combatieron en las calles y actuarían como refuerzos.

Una columna del Directorio Revolucionario el 28 de diciembre tomó posiciones cercanas a sus objetivos e inició el ataque. Las fuerzas comandadas por Guevara venían peinando la ciudad a partir del emplazamiento de la Universidad Central.

Bajo la metralla de la aviación y los bombardeos de los batistianos cayeron valiosos combatientes guerrilleros y del pueblo que no dejó de apoyar en las barricadas que se levantaron para el final de aquella gran epopeya. Sucintamente, esta es una breve relación de dos páginas gloriosas de nuestra historia.

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