Hago esta reflexión porque recientemente leí en el “Sierra” acerca de un hecho que se desdibuja por su "yoísmo" y falta solidaridad, al permitir los pasajeros que llenaban un ómnibus urbano de Santiago de Cuba. Que una madre con un niño pequeño en brazos, hiciera todo el viaje de pie y que se buscara problema quien llamó a ser solidarios.

Esto, ajeno a la caballerosidad y generosidad innatas del cubano en general y al santiaguero en particular, me hizo recordar un caso en el que se puso de manifiesto uno de los valores que nos ha enseñado la Revolución.

Se trata de que hace unos años el fotógrafo de Sierra Maestra, Francisco Hechavarría (fallecido) solicitó uno de los últimos vehículos que destino como estímulo para el personal de la prensa santiaguera. Posteriormente, el colega fue seleccionado como uno de los cinco miembros del jurado que valoraría los méritos de los solicitantes, y el mantuvo su solicitud.

La vida nos sorprende a veces, y a la hora de la votación se dio el caso de que dos de los miembros del jurado habían votado por el periodista Ernesto Medialdea (fallecido) de la radio CMKC, y quien faltaba por votar era precisamente Hechavarría.

Su voto decidía a quien se le asignaba el carro, a él mismo, o al otro aspirante, y sin pensarlo dos veces, votó por el otro. El final fue: vehículo para Medialdea y nada para el nuestro protagonista.

Casos como este son muy raros hoy en cierto círculo de personas que anteponen lo material a cualquier sentimiento por muy altruista que sea. Sirvan estas líneas como reconocimiento a los cubanos que rigen su vida por iguales principios y valores positivos, y en especial, como tributo de recordación a nuestro colega fotógrafo, Francisco Hechavarría Guzmán.