La pequeña brigada de tres personas -encabezada por el Jefe de Brigada Orlando Mayet Goulet, con 17 años al frente-, mantiene con eficiencia su punto de venta, perteneciente a la Unidad Empresarial de Base Comercializadora de productos Agropecuarios de Santiago de Cuba, de la Empresa Provincial de Acopio.

“Seleccionamos los productos de menor calidad y los que son rechazados por los usuarios y los sometemos a procesos para hacer puré, chicha, yuca molida, harina de maíz… según sea el caso, utilizando un molino eléctrico y realizando la cocción con leña en el patio de la entidad” acotó Mayet Goulet.

Uno de los protagonistas nos cuenta cómo lo hacen: “Cuando las piñas llegan en mal estado o se deterioran durante el almacenamiento, hacemos un tanque de chicha que tiene gran aceptación por la población, porque es una bebida refrescante y medicinal; igualmente procesamos los tomates que ahora están en temporada y abundan, para puré.

“Eso lo hacemos todo el año, porque cuando no hay piña ni tomate, hay mango o tamarindo, la cuestión es que no se pierdan y que la gente los aproveche; además le ahorramos trabajo a la familia y se garantizan los ingresos para la empresa”.

“Nos hemos atrevido a moler la yuca, que es un producto que se echa a perder rápidamente con el calor y la manipulación; nos dimos a la tarea de moler con un tamiz más grueso la yuca con cáscara para quienes la necesitan como alimento para los animales y con uno más fino, luego de peladas y lavadas, para quienes la van a utilizar para hacer frituras”, puntualizó uno de los trabajadores.

Seguramente los lectores asumirán que estos obreros mejoran sus ingresos personales en la medida que más valor agreguen a los productos que les sitúan, pues se equivocan.

Aun haciendo todos estos esfuerzos por optimizar los recursos y aunque garantizan los ingresos de la Empresa, ellos no reciben ningún beneficio para sus bolsillos.

“A veces se hace difícil lograr que los trabajadores lo sigan a uno -explica Mayet- la realidad es que nosotros no estamos vinculados a los resultados de la venta, cobramos un salario fijo, hagamos lo que hagamos, solo los llamados Mercados de Nuevo Tipo reciben ese beneficio; y esa limitación puede generar descontento y desmotivación en el personal”.

En busca de los por qué, este colectivo recibió una respuesta, que aunque muestra la razón, deja mucho que desear.

“Nos explican que es una cuestión de imagen, que nuestros resultados y gestiones nos avalan para ser un Mercado de Nuevo Tipo, pero no tenemos la imagen.

“Resulta que fuimos dañados por el huracán Sandy y aún el inmueble no ha recibido la reparación que necesita. Nos situaron las tejas para la cubierta, pero no se dispone de una brigada ni del resto de los recursos y el deterioro crece. Aquí entre todos apuntalamos, ponemos tejas superpuestas para que entre menos agua cuando llueve; sin embargo, la concreta es que la rehabilitación que necesita el local no se ha hecho” concluyó el Jefe de Brigada.

En los tiempos que corren, con las medidas económicas aprobadas por el Estado para estimular la producción y la existencia de opciones para el pueblo, es un absurdo situaciones como estas.

Estamos en presencia del clásico círculo vicioso, si el local está feo no entra en los que cobran por resultados. Y si en 10 años no se han hecho las reparaciones, los trabajadores siguen con sus salarios afectados y viendo “los toros desde la barrera” -parafraseando el sabio proverbio español- pues en estos tiempos las oportunidades para mejorar existen, son legales y ya se conocen muchísimos ejemplos.

En resumen, ahí están los resultados económicos, la satisfacción de los clientes, la constancia del trabajo de Orlando Mayet Goulet y su brigada, el orgullo por el deber cumplido, el reconocimiento de sus superiores, las decenas de medidas para reanimar la economía del país también están ahí, al doblar de la esquina, pero no le llegan. Esperemos oídos receptivos y que se transforme para bien la situación; mientras tanto, a pesar del viento “El Acopio” mantiene el rumbo.