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“Un delegado debe vivir en la piel del otro”

18 November 2022 Escrito por 
Foto: Milagros Alonso

María Elena Kindelán Nápoles no entiende de excusas y posposiciones. Ella le da el frente a toda circunstancia para ver en el rostro de sus electores la satisfacción de que se ha cumplido el deber con ellos.

Organizar una entrevista no fue tarea fácil, y no porque faltase colaboración, sino por el hecho de que siempre está donde la necesiten, sin horario o condición, restando horas de descanso. La admiración al conocer quién es resultó inevitable.

Nacida en Songo-La Maya, en la localidad de El Manguito, vecindad del polo productivo Los Reynaldo, se mudó a Chicharrones en Santiago de Cuba desde los 4 años. Allí en la escuela No. 36 realizó sus primeros estudios y construyó su vida; se graduó de Licenciada en Derecho y laboró como especialista principal de Recursos Humanos en el Molino Frank País.

Residente en calle 10, a sus más de 70 cumpleaños, afirma que la mayor realización personal la ha alcanzado como delegada durante 17 años en la Circunscripción 118, responsabilidad que ejerce de la mano con el cargo de Presidenta del Consejo Popular Chicharrones.

Conoce a cada uno de sus más de 5 000 habitantes de la circunscripción, que presenta una cifra superior a los 2 600 electores. Atiende a más de 21 mil pobladores en el Consejo Popular -uno de los más grandes del territorio santiaguero-, y se ocupa de todas las áreas de su extensión, que alcanza los 4.9 km².

María Elena no habla de sí misma, en nuestra charla se refiere a los habitantes de las comunidades, a la anterior Presidenta de Chicharrones, de la cual aplicó todas sus enseñanzas como continuadora de su legado; destaca la entrega de sus 9 delegados, con quienes se comunica constantemente para solventar las problemáticas de la localidad, analizan a diario cada detalle que pueda ser mejorado, y  recorren semanalmente todos los lugares para palpar la realidad.

Ella nos cuenta de cuánto se ha transformado en Chicharrones, y solo puede darle crédito a la obra de la Revolución Cubana, al amor a la Patria, a sus símbolos, su historia, sus héroes y mártires, así como el sentido de pertenencia de los vecinos para que esto sea posible. Sencilla, inmensamente humana y trabajadora incansable: son los calificativos que se aproximan a su persona.

Acciones que hablan por sí solas

“Ser delegado es una gran responsabilidad, no solo entraña a un servidor del pueblo, sino que exige la utilización de todos los mecanismos para representar dignamente a quienes nos eligen. Nuestra misión está junto al compromiso de buscar soluciones a problemas difíciles que plantee la comunidad, y hacerle frente.

“El recorrer el barrio para atender a todo aquel que te aborde por comunicar una situación, el tratarlo con paciencia y dedicación, constituyen la clave de nuestra labor. A veces ni siquiera presentan problemáticas sociales, sino personales, por lo cual acuden buscando orientación, y una se siente como un integrante más de la familia que aconseja, ayuda y apoya”, subrayó Kindelán Nápoles.

Basada en esta filosofía, se ha hecho mucho por el Consejo Popular. Desde cambiar el cableado eléctrico próximo a los balcones de las viviendas de los vecinos, que ponían en riesgo la seguridad de los moradores en días lluviosos; desobstruir tuberías de aguas albañales, hasta la construcción en el año 2017 de obras públicas como el mercado integral Sierra Chiquita, que consta entre otros, de un biosaludable, un parque infantil, una heladería, una tienda industrial, dos carnicerías, una fonda, un mercado ideal y uno agropecuario.

Resultado del esfuerzo colectivo y del emprendimiento de sus representantes, en 84 días se fabricaron 12 obras que, a cinco años de explotación, se conservan bien con las labores de mantenimiento:

“Con el movimiento Santiago Arde se transformó la panadería-dulcería La Taína, se fabricó la hamburguesera, se revitalizaron 163 fachadas de hogares, se remosó el Ranchón de Caballo Blanco, se inauguraron bodegas y repararon escuelas. Era ver a un enjambre de personas trabajando hasta la madrugada”, precisó Maróia Elena Kindelán a Sierra Maestra

Otra de las potencialidades que ha fomentado en Chicharrones, de la cual da ejemplo, es el movimiento de la agricultura urbana, suburbana y familiar. En los barrios cuentan con apicultores, se crían alevines en dos lagunas y cuentan con un organopónico en Caballo Blanco, con la finalidad de tributar a los mercados para la alimentación de la población.  Ella misma tiene un vivero en su casa donde siembra zapote, aguacate, tamarindo y otros cultivos que dona para su plantación a los centros de producción.

Amor a la historia de Chicharrones

María Elena sabe que para ejercer con profesionalidad y pasión, un delegado necesita prepararse, saber comunicar, tener conocimiento de cada aspecto de los barrios, de su gente, de su historia... Historia que ella domina como la palma de su mano, y la ama:

“Chicharrones es un Consejo muy revolucionario, no por gusto se le llamaba la Sierra Chiquita antes de 1959. Aquí los esbirros de la tiranía no podían entrar, porque eran asesinados a palos y piedras.

“Por acá transitó el cortejo fúnebre del Comandante en Jefe Fidel Castro, y tanto niños, como jóvenes y ancianos salimos a las calles a llorarlo; se le amaba mucho. Aquí hay memorias vivas de colaboración con el Movimiento 26 de Julio. Este Consejo Popular es historia viva”, afirmó Kindelán Nápoles con un brillo único en la mirada.

Ella también siente orgullo de participar en que la vida cultural e histórica del Consejo Popular se mantenga activa. Con esta finalidad en el mes de julio preparan en calle 8 entre 1ra y 3ra un carnaval infantil con bailes, comparsas y declamadores. La Jornada de la Cultura Chicharronense en octubre destaca la historia de la comunidad.

Recientemente se efectuaron talleres, ponencias como parte del evento teórico, concursos, tributo a héroes y mártires de la localidad, y otras actividades. ¿Desde la caravana de la Libertad hasta la actualidad, cuánto se ha transformado?, es la interrogante que motivó en esta edición los encuentros.

María Elena conoce el nombre de cada joven que perdió la vida luchando contra el régimen de Fulgencia Batista, como es el caso de Armando García; el segundo líder después de Frank País en el Movimiento 26 de Julio del territorio, quien fuese baleado en el Parque de Chicharrones, y con posterioridad  recibiese la asistencia de los empleados de la antigua panadería la Nora, aunque ya tarde para el cuerpo inherte.

Orgullosa de su gente

María Elena Kindelán Nápoles nos habla como una progenitora de sus más de 200 madres de descendencia numerosa que presenta el Consejo, y de la atención que reciben.

Adora a la juventud, a los niños de la cuadra que vio crecer. Cuenta la dicha de que todos se hiciesen profesionales, 4 económicos, otros graduados en explotación del transporte, y 8 son médicos. “No dejamos que ninguno de nuestros muchachos se quedara atrás en su formación”.

No por gusto se le otorgó en el año 2016 el Premio Espacio, otorgado por la Dirección Provincial de la Asociación de Comunicadores de Cuba, gracias a su desempeño en el diálogo constante desde el barrio. Su madre que la acompaña en los retos, su hermano y sus hijas,  conocen mejor que nadie de sus sacrificios. Hoy cuando es nuevamente nominada para continuar con estas colosales responsabilidades sentencia:

“Antes Chicharrones era considerado un Consejo de complejidad social, eso ha cambiado radicalmente. La comunidad es como nosotros querramos construirla. Por esto considero que un delegado debe entregarse, oír, ponerse en la piel del otro...”.

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M.Sc. Milagros Alonso Pérez

Licenciada en Periodismo. Máster en Estudios de Lengua y Discursos. Graduada de los posgrados de Gestión, Redacción y Publicación de Artículos Científicos en Ciencias Sociales y Humanísticas y de Gestión de Redes Sociales. Profesora Instructora de la Universidad de Oriente. Periodista del Sierra Maestra.

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