El museo ocupa un ala del edificio donde radica la ronera Santiago, frente a las naves de añejamiento Don Pancho, en la actual Avenida Jesús Menéndez, antigua Cristina o Lorraine.

La Lic. Esther Cintra, subdirectora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural; el M.Sc. Carlos Martínez Bueno, director del Museo del Ron Santiago; Maikel Nolasco, director económico de la ronera Santiago, y los maestros del ron cubano, Noemí del Toro, Tranquilino Palencia y Julio Ayón, asistieron a la inauguración de la muestra, junto con coleccionistas, museólogos y trabajadores de la entidad ronera.

Karina Pi Hung, especialista del Museo, señaló que en este 2022 se conmemoran aniversarios importantes para el patrimonio cultural e histórico de la ciudad de Santiago de Cuba tales como los 500 años del título de ciudad para esta urbe; 160 de la fundación de la Sociedad Tumba Francesa La Caridad de Oriente; 55 del Museo histórico 26 de Julio; 30 del Museo de la Imagen Bernabé Muñiz, 25 años de la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad del sitio Castillo del Morro y el primer siglo del fallecimiento de Emilio Bacardí.

“Para celebrar la Jornada Conmemorativa Centenario de la muerte de Don Emilio, el CPPC y el Museo del Ron han querido mostrar una colección de objetos vinculados a la producción ronera.”

Intervino entonces, la especialista Rita González, del Museo del Ron, para recordar que el 4 de febrero de 1862 es fundada en Santiago de Cuba por José y Facundo Bacardí Masó, junto a José León Bouteiller, la empresa Bacardí, pionera del ron cubano.

“La firma quedó registrada como Bacardí, Bouteiller y Compañía. La compra de esta pequeña destilería revolucionaría el proceso de elaboración del ron, creando un líquido suave y de cuerpo ligero… era el sueño hecho realidad.

“… Doña Amalia Moreau notó una colonia de murciélagos frugívoros que anidaban en las vigas de la destilería. Reconociendo su simbolismo de buena salud, unidad familiar y buena fortuna que le atribuían los taínos (aborígenes de este archipiélago) españoles y cubanos sugirió adoptar el murciélago como símbolo del ron Bacardí. A medida que el ron ganaba popularidad, algunos clientes se referían a él como ´el ron del murciélago´.

“Muchos -señaló Rita- atribuyen las extraordinarias cualidades del ron a las aguas de la ciudad o a las mieles de la caña de azúcar criolla; otros a los barriles de roble o a la técnica de añejamiento, y no faltaron quienes dieron fe a la fortuna y poderes mágicos aportados por los murciélagos.

“Luego de la muerte de Don Facundo Bacardí, por su condición de primogénito Emilio Bacardí Morau toma las riendas del negocio familiar. Durante el período que fungió como presidente de la empresa, en las primeras décadas del siglo XX impregnó al negocio sus andares incontenibles y su espíritu renovador. Implantó un sistema por el cual participaban de las ganancias todos aquellos que laboraban bajo el techo de la fábrica.

“El sostenía que la prosperidad de la compañía dependía de las relaciones con los subordinados, por ello mantuvo la paz y armonía con sus trabajadores. No era el típico patrón ceñudo e inflexible sino el amigo sincero y colega de afanes, que supo ganarse la admiración y el respeto de todos.

“El Museo Provincial y el Museo del Ron se distinguen por preservar objetos históricos vinculados al patrimonio ronero, entre estos: telegrama de pésame a la familia Bacardí, por el Alcalde, el 29 de agosto de 1922 (Don Emilio falleció el 28 de agosto de 1922); telegrama de pésame a Elvira Cape de Bacardí, de la familia Rabí, 30 de agosto de 1922; carta de pésame de la licorería de Guantánamo, el 28 de agosto; cheque pagado a la Cooperativa Oriental de Transporte S.A. por los servicios prestados en transportación de cajas de bebidas…

“Se cuenta, además, con la colección Bacardí industrial, perteneciente a la Casa del Coleccionista “Recorriendo épocas” entre las cuales se destacan: fichas de hielo, chapas de empleados, sobre-cartas de obsequio, pisapapeles, tarjeta de presentación de la fábrica, portavasos, postales, botellas mini, Bacardí Carta Oro y Carta Blanca, removedores”.

Los valiosísimos exponentes están dispuestos en el Museo, separados solo a metros de la línea de llenado. Una pared divisoria de cristal deja observar cómo son llenadas las botellas con el mejor ron del mundo. Porque si el ron cubano es el mejor del planeta, en Cuba el mejor es el de Santiago de Cuba, el que inició Facundo y que nos legó Don Emilio Bacardí Moreau.