Una sucesión de obstáculos, en los que nunca faltaron incomprensiones, dieron al traste con un festejo enaltecedor del son “en una ciudad que reúne todos los méritos posibles para celebrar una fiesta sonera en el ámbito nacional”, dijo varias veces el maestro Adalberto Álvarez, entre los más fervientes defensores del “MatamoroSon” y uno de sus organizadores principales.

Adalberto declinó su dirección para volver a organizar dicho Festival, a lo mejor extenuado por las dificultades que encontraba para seguir celebrándolo, y porque consagró sus últimos esfuerzos a lograr que fuera declarado el Día del Son Cubano que ya era Patrimonio Cultural de la Nación desde 2012.  

También conocido como El Caballero del Son, el célebre compositor y fundador del no menos famoso conjunto  Son 14, alcanzó a ver coronado parte de su esfuerzo, porque desde octubre de 2020 se informó oficialmente: 8 de mayo, Día del Son Cubano  en homenaje al popular género musical y de danza, fecha además, de los natalicios de dos íconos soneros: Miguel Matamoros, en 1894 en Santiago de Cuba, y Miguelito Cuní en 1917, en Pinar del Río.

En varios momentos, durante visitas a esta ciudad o por conversaciones telefónicas, Adalberto manifestó que no perdía la esperanza de ver realizado otra vez el “MatamoroSon”.

No le alcanzó el tiempo al maestro, pues el 1 de septiembre de 2021 por una disfunción múltiple de órganos como consecuencia de complicaciones derivadas de la COVID-19 falleció en La Habana y llenó de luto a la música cubana, y de manera puntual al son.

Aquí, donde sin discusión se hace el mejor son del mundo, y también el mejor ron del planeta, desde la época de las gestiones de Adalberto otros ya las hacían también para rescatar el Festival, que un hecho ha venido a potenciar.  

¿A qué nos referimos? Pues sencillo: cuando la Unesco en noviembre de 2021 declaró a Santiago de Cuba Ciudad Creativa en la Música, implícitamente estaba empujando a rescatar el evento con el nombre del autor de Juramento, Son de la Loma...

Ahora no es problema de una figura determinada ni de una institución como la Uneac santiaguera, que lleva igualmente años tratando de salvar el festejo sonero; ahora es la Intendencia de la Asamblea Municipal del Poder Popular (Alcaldía) uno de los factores más interesados en rescatar el Festival, porque la Unesco fiscaliza regularmente, que la urbe cumpla lo estipulado en el expediente que presentó y fue aprobado para la declaratoria.

Y aunque no hay una referencia directa al “MatamoroSon” ni en el expediente ni en la declaración de Ciudad Creativa, sí la hay en relación con promocionar la música más auténtica, la más cubana y ¿qué música en Cuba es más popular, más abarcadora, más creativa que el son?

Por lo pronto, Rodulfo Vaillant, presidente de la Uneac aquí -otro de los más entusiastas- dijo que el movimiento de septetos en la urbe es un puntal para el Festival que se ha previsto del 5 al 9 de mayo para que el 8 quede en el centro y se puedan celebrar las efemérides mencionadas.

En verdad, son un pilar los septetos; suman estos más de 30 en Santiago de Cuba, la mayor parte con la calidad requerida; hay también sitios que se “pintan solos” para acoger la celebración: Carretera del Morro y calle 3; Martí y San Pedro; la explanada del Lido Club; la Plaza de Marte, donde quedará inaugurado el encuentro el 5 de mayo por la noche, en una gala que estará dedicada al maestro Adalberto Álvarez, con la presentación de su conjunto, si finalmente puede hacer el viaje hasta acá. O sin este, asimismo la velada servirá como homenaje a quien tanto hizo por el evento.

Otros espacios se incluyen en el proyecto: Son América, Pista Pacho Alonso, Salón del Son, La Pachanga… Y en la calle Heredia estará un escenario portátil por donde pasarán agrupaciones cada jornada, desde las 17:00 horas hasta las 21:00 horas, porque luego la fiesta se trasladará al Salón de los Grandes.    

Como plaza fuerte del género, no serán solo los septetos los que amenizarán el encuentro. Ahí estarán Karachi, Son Akira, de San Luis; Angelito y su Banda, de Songo-La Maya; Estrella de la Charanga, de Palma Soriano; y posiblemente la Unión Sanluisera, Jóvenes Clásicos del Son, el conjunto de Arsenio Rodríguez, la Original de Manzanillo, Cándido Fabré y su Banda, Coto y su tres… Habrá intercambio teórico sobre el género y se piensa hasta en un certamen de treseros.

Y no faltarán las guitarras y las voces junto a la escultura en Callejón del Carmen y San Bartolomé, junto al Parquecito Serrano, con la imagen de Don Miguel Matamoros, su guitarra y su sombrero a modo de saludo al renacer de un Festival pensado para el son más auténtico