Pinar del Río.–Levantar, reconstruir, acompañar..., mucho de eso se vive aquí por estos días. Ni rendidos ni olvidados están los pinareños, aun cuando en estas tierras, con solo voltear la mirada, en tantos lugares las huellas dejadas por el paso devastador de Ian siguen doliendo.

«Mucho falta por hacer todavía, pero poco a poco todo lo vamos a ir recuperando», insistió ayer el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al intercambiar con el pueblo. Es la certeza de quien conoce la magnitud de los daños ocasionados por el meteoro, y también de los cuantiosos recursos que serán necesarios para salir adelante. Es la convicción de quien sabe del empeño y la tenacidad con que son capaces de recuperarse los cubanos.

Exactamente un mes después de que los vientos de Ian golpearan con saña a Vueltabajo, volvió por séptima ocasión el Jefe de Estado a caminar barrios pinareños, a dialogar con su gente, a dar ánimos, a escuchar, a explicar; a poner la mano en el hombro y seguir haciendo.

Esta vez el mandatario cubano llegó hasta los municipios de Los Palacios y La Palma, dos lugares donde, «si no fuera por las viviendas que todavía no han podido recuperarse», dijo, cualquiera podría pensar que los vientos huracanados de Ian apenas hicieron daño. Ni árboles, ni postes, ni cables del tendido eléctrico interrumpen el paso en ningún lugar de los poblados: los rastros de Ian, de muchas maneras, van desapareciendo físicamente.

El esfuerzo, confiesan muchos, ha sido intenso, pero ha valido la pena. Con más del 88 % del servicio eléctrico recuperado en ambos municipios, y la situación de abasto de agua mucho mejor que antes del paso del ciclón, las prioridades de trabajo en ellos están muy bien definidas.

En primer lugar la vivienda: un asunto en el que el Presidente enfatizó, no será posible resolver de golpe, pero con los recursos que se están destinando, si se emplean con el debido control y racionalidad, se podrá solucionar gran parte de esas afectaciones en breve tiempo.

Después, dijo, está la agricultura. Urge acelerar la producción de alimentos, seguir recuperando áreas y cultivos.

Fueron dos temas sobre los cuales habló no solo a los directivos encargados de atenderlos con prioridad, sino también al pueblo, porque en su sabiduría y acompañamiento pueden encontrarse muchas de las soluciones para llevar a la práctica. De ahí el énfasis del Jefe de Estado en que todos se sientan parte y responsables de las acciones que se acometen para recuperar los daños.

Un punto de venta de materiales de la construcción y las áreas del polo productivo perteneciente a la Empresa Agropecuaria Cubaquivir fueron los dos lugares que recorrió en Los Palacios.

«Que no haya recursos pendientes por entregar, busquen agilidad en la venta», insistió Díaz-Canel en el primero de estos, un lugar donde también se determina el avance en la recuperación de las viviendas.

«¿Cómo los han atendido? ¿Ha sido ágil la atención en la oficina de trámites?», preguntó el mandatario a los vecinos que allí se encontraban esta mañana, para adquirir sus materiales. Las cosas –le aseguraron– fluyen.

Y para seguir tomando el pulso a esas acciones, su recorrido en el municipio de La Palma inició por el aserrío La Baría, perteneciente a la Empresa Agroforestal de ese territorio. Allí, diariamente se elaboran tres módulos completos de viviendas con destino a familias damnificadas, teniendo en cuenta las prioridades establecidas por el Consejo de Defensa municipal.

Del flujo de trabajo y la atención que se brinda a quienes acuden a las oficinas de trámites de La Palma conoció después el Presidente cubano, al visitar la habilitada en una de las habitaciones del museo municipal Armando Abreu. Allí todos los espacios se aprovechan, porque la prioridad, han definido, es poder resolver en el menor tiempo posible el mayor número de afectaciones.

«¡Qué orgullo tenerlo aquí, Presidente!», le dijo Mesa Reyes a Díaz-Canel. Este hombre, curtido en el trabajo esforzado de más de 20 años fabricando materiales de la construcción en el patio de su propia casa, no pudo ocultar su emoción al recibir al mandatario en su vivienda.

«El orgullo es para mí –aseguró el Presidente– al verlo trabajar con la calidad que usted lo hace».

Esta pequeña industria, en la que diariamente se elaboran unos 30 metros cuadrados de piso y otros elementos de pared, tiene también un papel decisivo en la recuperación de La Palma.

La respuesta a muchos problemas, ya lo ha demostrado Cuba en tantísimas ocasiones, es posible encontrarla así, si ponemos en función de todos también los pequeños detalles.