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Yamila González: Otra cubana en la CEDAW

02 July 2022 Escrito por  Dixie Edith

Yamila González Ferrer tenía apenas 10 años cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas, casi a punto de finalizar 1979, aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Probablemente supo, aunque no lo recuerde del todo, los trajines que acompañaron la participación de Cuba en ese ejercicio diplomático multilateral que consiguió un mecanismo de reivindicación y defensa de muchos derechos para las mujeres de este mundo.

La Federación de Mujeres Cubanas (FMC), con Vilma Espín a la cabeza, estuvo inmersa –lo sigue estando- en prácticamente todos los procesos de construcción de consenso que se dieron en el marco de las Naciones Unidas en las décadas de los 70, 80 y 90 del siglo pasado, incluidas las grandes Conferencias mundiales de Población o de la Mujer. Y Yamila, niña de la época, debe haber escuchado jirones de esos debates, mientras desandaba de muchas maneras los jardines y pasillos de la “casa cubana de las mujeres”, en la capitalina calle Paseo, donde entonces trabajaba su mamá, Yolanda Ferrer, dirigente durante muchos años de la FMC.

Justo al cierre de junio de 2022, cuando esta doctora en Ciencias Jurídicas acaba de ser elegida, en representación de Cuba, como integrante del Comité de supervisión de la CEDAW por los próximos tres años, entre sus primeras reflexiones públicas hubo una suerte de viaje a la semilla.

“He resultado electa en tiempos de mucha publicidad mediática, pero Cuba tiene una presencia histórica en este Comité y es justo visibilizarlo porque el trabajo de estas compañeras allí ha prestigiado a nuestra Patria y a las mujeres cubanas por muchos años”, dijo González Ferrer a esta columna.

“Primero fue Esther Véliz, quien estuvo en el proceso negociador y de redacción de la Convención, lo que tuvo un gran significado para nuestro país. Como se conoce, Cuba fue el primer país en firmar y el segundo en ratificar la Convención. Coherente con esta postura y primacía, Esther Véliz fue electa para el primer Comité (1982-83) y ese primer grupo de personas tuvo que sortear quienes serían la mitad que habría que renovar o ratificar a los dos años. Esther, entonces, también fue elegida para un segundo mandato, que se desarrolló entre 1984 y 1987. De modo que estuvo seis años en la CEDAW, en sus dos primeros mandatos.

“Luego estuvo Yolanda Ferrer, quien fue elegida en 1996 para el mandato de 1997 al 2000 y ratificada en el año de inicio del siglo XXI, en elecciones, para el período de 2001 a 2004, por lo que estuvo ocho años como experta del Comité. A continuación, en junio de 2004, fue designada Magalys Arocha para el mandato de 2005 a 2008 y ratificada en dos ocasiones, siendo experta del Comité durante doce años, hasta 2018”.

Para Yamila, “estas mujeres cubanas, de valores y convicciones profundas junto a un tremendo compromiso en la lucha por la igualdad y no discriminación de mujeres y niñas, han labrado el camino de las que hoy tenemos el compromiso de seguir su ejemplo”.

Pero ¿quién es esta mujer de apenas 52 años, cuarta que llega desde Cuba a la organización internacional?

Para la gente de esta tierra, en los últimos meses, probablemente no sea difícil decirlo. Con labor de hormiga, la doctora Yamila, vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC), profesora titular de la Universidad de la Habana e integrante del Comité Nacional de la FMC, junto a otros muchos colegas, ha sido parte de la construcción y comunicación pública del proyecto de nuevo Código de las Familias, sin dudas una de las apuestas legislativas más avanzadas entre las muchas que se cocinan ahora mismo en Cuba.

Hoy en Santiago de Cuba y mañana en Pinar del Río; en la noche en un programa de la televisión, o respondiendo a retazos, vía WhatsApp, las preguntas de periodistas disímiles -como pueden dar fe muchísimas de nuestras Letras de Género-, la tarea de esta profesional ha sido incansable y, en la misma medida, se ha ganado el respeto de una nación.

Se repite con frecuencia –lo acabas de comentar tú misma- que Cuba fue el primer país en firmar y el segundo en ratificar la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Pero, ¿qué significa eso exactamente?

Significa el compromiso de Cuba, la voluntad política del Estado y Gobierno cubanos de asumir la responsabilidad, a través de todos los esfuerzos posibles, de alcanzar la igualdad real, material, efectiva de las mujeres. Algo que comenzó en el mismo año 1959.

Cuando se aprueba la Convención en 1979, ya la Revolución Cubana había desarrollado acciones sostenidas, expresadas en políticas públicas y normas jurídicas dirigidas a promover y potenciar el avance de las mujeres. La propia creación de la FMC con sus objetivos y desempeño es prueba de ello. Pero te puedo poner como ejemplos, también previos a la CEDAW, el Código de Familia, de 1975 o la Ley de Maternidad de la Mujer Trabajadora, de 1976 junto a otras normas jurídicas en materia laboral sobre puestos preferentes para las mujeres.

El 1er Congreso del PCC, en 1975, tuvo una tesis sobre la igualdad de la mujer en la que analizó profundamente los aspectos objetivos, pero también los subjetivos de las causas y consecuencias de la discriminación. Por eso es que Fidel dice que “el proceso de las mujeres en la Revolución, es una revolución dentro de otra Revolución”.

Te he escuchado decir muchas veces que la CEDAW funciona como antecedente de muchas de las transformaciones legislativas que estamos enfrentando ahora mismo en el país ¿Por qué?

Quiere decir que para Cuba es importante cumplir con los postulados de la Convención y que tiene en cuenta las observaciones generales que realiza el Comité para contribuir a la mejor interpretación de la misma.

Eso ha quedado demostrado también cada vez que nuestro país rinde cuentas ante el Comité. Las dos últimas presentaciones fueron en 2006 y, posteriormente, en 2013 y se trabaja por cumplir las recomendaciones que nos han realizado, las cuales se han reflejado en nuestras políticas públicas y en las transformaciones legislativas. También se evidencia en la educación y formación de profesionales y de la población en general sobre su articulado, como parte de la cultura jurídica que se fomenta en nuestro pueblo en el ámbito de los Derechos humanos.

Tanto la Constitución de 2019 y el Programa Nacional de Adelanto de las Mujeres aprobado por Decreto Presidencial en marzo de 2021; como la Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y en el escenario familiar, están enmarcadas en el espíritu de la CEDAW.

¿Qué significa haber sido elegida? No solo en términos del reconocimiento sino de las responsabilidades que implica.

Significa una gran responsabilidad, porque a partir de enero de 2023 y hasta diciembre de 2026 debo asistir a las sesiones del Comité en Ginebra, que son tres veces al año. Allí debo participar de los diálogos entre el Comité y los Estados que presenten sus Informes y contribuir a que estos intercambios sean objetivos, constructivos, que de ellos salgan recomendaciones que apoyen la labor en pos de la igualdad efectiva y contra todas las formas de discriminación hacia las mujeres y las niñas en cada país, atendiendo a sus condiciones y circunstancias.

Es muy importante, en este sentido, que formaré parte del grupo de América Latina y el Caribe conformado por cuatro expertas de nuestra Región. Allí podré aportar también en los análisis que se realicen de las quejas y reclamaciones recibidas a tenor del protocolo facultativo e igualmente podré aportar a la elaboración de nuevas recomendaciones generales sobre temas cruciales para el avance de las mujeres y las niñas.

Esta votación hubiera sido imposible sin el enorme trabajo que se realizó por nuestra Diplomacia revolucionaria en estos dos años de presentación y promoción de la candidatura. Cuba ha sido siempre respetuosa de sus compromisos internacionales y ha sido abanderada de las causas más justas en sentido general y un referente en la defensa de los derechos de las mujeres y las niñas en el mundo. Ese prestigio y ese reconocimiento internacional hicieron posible que llegáramos hasta aquí hoy, así como el excelente trabajo de las expertas cubanas que me antecedieron en el Comité.

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